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viernes, 15 de septiembre de 2017

Ketamina: ¿Una esperanza para tratar la depresión severa?


Sus efectos inmediatos, cómo se administra y cuánto cuesta. Escuché por primera vez el nombre ‘ketamina’ en mi época de ayudante de cirujano, cuando estudiaba medicina. Entonces, ese anestésico era el caballito de batalla de los anestesiólogos; les encantaba usarlo porque actuaba rápido, era potente y los pacientes despiertan pronto después de las cirugías. Con los años, y ya fuera de la actividad quirúrgica, el medicamento quedó en el recuerdo hasta que hace unos quince o veinte años atrás volví a escuchar sobre él. Esta vez hablaban de una droga callejera llamada “Special K”, usada por sus efectos euforizantes. En ese momento me pareció increíble que un anestésico se hubiera convertido en una droga de discotecas. Pero lo realmente increíble sucedió hace muy poco cuando volví a escuchar de la ketamina, esta vez como la medicina milagrosa contra la depresión severa e intratable.

¿Qué es la ketamina?
Es un medicamento que actúa sobre el sistema del glutamato, un neurotransmisor cerebral. La mayoría de los medicamentos que se usan para tratar problemas de salud mental actúan a nivel de los llamados neurotransmisores, sustancias químicas cuya actividad determina el funcionamiento cerebral. El famoso antidepresivo fluoxetina (Prozac), por ejemplo, actúa aumentando la concentración de un neurotransmisor llamado serotonina.
La depresión y sus alarmantes estadísticas
La depresión, una enfermedad que afecta a 16.1 millones de personas en Estados Unidos (6.7% de la población), es un incapacitante trastorno de la salud mental que puede tener graves consecuencias, entre ellas el suicidio. El tipo más grave de depresión se denomina depresión mayor y es una enfermedad que lamentablemente apenas responde a los tratamientos médicos, hasta que apareció la ketamina.

De acuerdo con el Dr. Thomas Insel, ex director del Instituto Nacional de Salud Mental, la ketamina constituye el adelanto médico más importante de las últimas décadas en el tratamiento de la depresión severa. Por su parte, la Asociación Americana de Psicología reconoce que es un  medicamento innovador para el tratamiento de la depresión. Sin embargo, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) no ha aprobado el uso de la ketamina para tratar la depresión, pero eso no ha evitado que tanto centros académicos, como la Universidad de Yale y decenas de clínicas privadas hayan comenzado a administrarla. La ketamina se está usando también, y con buenos resultados, en casos de trastorno bipolar severo y de síndrome del estrés post traumático.

¿Cómo se administra? ¿Cuánto cuesta?
Solo se puede administrar por medio de una infusión endovenosa ambulatoria, por lo que el paciente debe acudir a un centro médico para el tratamiento. Usualmente, este dura 40 minutos y debido a que la dosis es mucho menor que la usada como anestésico el paciente no pierde la conciencia. El costo oscila entre $400 a $800 por tratamiento, dependiendo del estado, y este no está cubierto por los seguros médicos.
Lo extraordinario de esta medicina, y la razón por la que se le considera como un verdadero “milagro”, es que su acción empieza a las seis horas de haber recibido el tratamiento y dura aproximadamente dos semanas. Esto en contraste con los antidepresivos disponibles actualmente, que requieren de varias semanas para surtir efecto. Otros puntos a favor son que los efectos secundarios, a corto plazo, son mínimos y que se tolera perfectamente bien.

Qué esperar a largo plazo. Todos los expertos coinciden que, si bien es cierto que funciona para el tratamiento de la depresión severa, hay muchas preguntas todavía sin contestar. Una de las más importantes es relacionada a la duración del tratamiento; es decir, ¿será un tratamiento que deba recibirse de por vida? Se cuestiona además su efecto a largo plazo. ¿Cómo se afectará el cerebro de los pacientes después de años de tratamiento? Los expertos coinciden que es necesario estudiar el efecto a corto, mediano y largo plazo. Sin embargo, debido a que el medicamento es muy antiguo y ya no tiene protección de patente (cualquier laboratorio la puede fabricar) no existe incentivo económico para realizar los estudios a gran escala que pondrían al descubierto más información sobre el mismo. A pesar de esto, debemos notar que hay empresas elaborando medicamentos similares y la FDA ha designado al menos dos —es ketamina y rapastinel— como terapias pioneras, lo que aceleraría su autorización para llevarlas al mercado.

¿Quién podría ser un candidato al tratamiento?
Si alguien que conoces padece de una severa depresión, no responde a ningún tratamiento y ha contemplado el suicidio, la ketamina puede ser la solución. El Dr. Insel cree que este podría llegar a considerarse el primer medicamento anti-suicidio, porque minutos después de ser administrada, antes de aliviar la depresión misma, borra la idea del suicidio de la mente del paciente. Lo más adecuado es buscar un centro académico que esté involucrado en la investigación sobre la ketamina; de ese modo tu participación podrá también ayudar a los pacientes del futuro. En esta página (en inglés), de los Institutos Nacionales de la Salud, puedes encontrar estudios clínicos por estado.



Por: Elmer Huerta, M.D


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