Sus
efectos inmediatos, cómo se administra y cuánto cuesta. Escuché por primera vez el nombre
‘ketamina’ en mi época de ayudante de cirujano, cuando estudiaba medicina.
Entonces, ese anestésico era el caballito de batalla de los anestesiólogos; les
encantaba usarlo porque actuaba rápido, era potente y los pacientes despiertan pronto después de las cirugías. Con los años, y ya fuera de la actividad
quirúrgica, el medicamento quedó en el recuerdo hasta que hace unos quince o
veinte años atrás volví a escuchar sobre él. Esta vez hablaban de una droga
callejera llamada “Special K”, usada
por sus efectos euforizantes. En ese momento me pareció increíble que un
anestésico se hubiera convertido en una droga de discotecas. Pero lo realmente
increíble sucedió hace muy poco cuando volví a escuchar de la ketamina, esta
vez como la medicina milagrosa contra la depresión severa e intratable.
¿Qué es
la ketamina?
Es un medicamento que actúa sobre el sistema del
glutamato, un neurotransmisor cerebral. La mayoría de los medicamentos que se
usan para tratar problemas de salud mental actúan a nivel de los llamados
neurotransmisores, sustancias químicas cuya actividad determina el
funcionamiento cerebral. El famoso
antidepresivo fluoxetina (Prozac), por ejemplo, actúa aumentando la
concentración de un neurotransmisor llamado serotonina.
La
depresión y sus alarmantes estadísticas
La
depresión, una enfermedad que afecta a 16.1 millones de personas en Estados
Unidos (6.7% de la población), es un incapacitante trastorno de la salud mental
que puede tener graves consecuencias, entre ellas el suicidio. El tipo más
grave de depresión se denomina depresión
mayor y es una enfermedad que lamentablemente apenas responde a los
tratamientos médicos, hasta que apareció la ketamina.
De acuerdo con el Dr. Thomas
Insel, ex director del Instituto Nacional de Salud Mental, la ketamina constituye
el adelanto médico más importante de las últimas décadas en el tratamiento de
la depresión severa. Por su parte, la Asociación Americana de Psicología reconoce que es
un medicamento innovador para el tratamiento de la depresión. Sin embargo, la Administración de Medicamentos y
Alimentos (FDA, por sus siglas en
inglés) no ha aprobado el uso de la ketamina para tratar la depresión, pero
eso no ha evitado que tanto centros académicos, como la Universidad de Yale y
decenas de clínicas privadas hayan comenzado a administrarla. La ketamina se
está usando también, y con buenos resultados, en casos de trastorno bipolar
severo y de síndrome del estrés post traumático.
¿Cómo
se administra? ¿Cuánto cuesta?
Solo se
puede administrar por medio de una infusión endovenosa ambulatoria, por lo que
el paciente debe acudir a un centro médico para el tratamiento. Usualmente,
este dura 40 minutos y debido a que la dosis es mucho menor que la usada como
anestésico el paciente no pierde la conciencia. El costo oscila entre $400 a $800 por tratamiento, dependiendo
del estado, y este no está cubierto por los seguros médicos.
Lo extraordinario de esta
medicina, y la razón por la que se le considera como un verdadero “milagro”, es que su acción empieza a
las seis horas de haber recibido el tratamiento y dura aproximadamente dos
semanas. Esto en contraste con los antidepresivos disponibles
actualmente, que requieren de varias semanas para surtir efecto. Otros
puntos a favor son que los efectos secundarios, a corto plazo, son mínimos y
que se tolera perfectamente bien.
Qué esperar a largo
plazo.
Todos los expertos coinciden que, si bien es cierto que funciona para el tratamiento
de la depresión severa, hay muchas preguntas todavía sin contestar. Una de las
más importantes es relacionada a la duración del tratamiento; es decir, ¿será
un tratamiento que deba recibirse de por vida? Se cuestiona además su efecto a
largo plazo. ¿Cómo se afectará el cerebro de los pacientes después de años de tratamiento?
Los expertos coinciden que es necesario estudiar el efecto a corto, mediano y
largo plazo. Sin embargo, debido a que el medicamento es muy antiguo y ya no
tiene protección de patente (cualquier laboratorio la puede fabricar) no existe
incentivo económico para realizar los estudios a gran escala que pondrían al
descubierto más información sobre el mismo. A pesar de esto, debemos notar que
hay empresas elaborando medicamentos similares y la FDA ha designado al menos
dos —es ketamina y rapastinel— como terapias pioneras, lo
que aceleraría su autorización para llevarlas al mercado.
¿Quién podría ser un
candidato al tratamiento?
Si alguien que conoces padece de
una severa depresión, no responde a ningún tratamiento y ha contemplado el
suicidio, la ketamina puede ser la solución. El Dr. Insel cree que este podría
llegar a considerarse el primer
medicamento anti-suicidio, porque minutos después de ser administrada, antes
de aliviar la depresión misma, borra la idea del suicidio de la mente del
paciente. Lo más adecuado es buscar un centro académico que esté involucrado en
la investigación sobre la ketamina; de ese modo tu participación podrá también
ayudar a los pacientes del futuro. En esta página (en inglés), de
los Institutos Nacionales de la Salud, puedes encontrar estudios clínicos por
estado.
Por: Elmer Huerta, M.D
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