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domingo, 22 de octubre de 2017

Línea telefónica alivia la angustia de sobrevivientes de tormentas


Si necesitas hablar, no dudes en llamar y pedir ayuda antes, durante o después de un huracán.

Los huracanes, las inundaciones y las evacuaciones masivas han generado gran ansiedad en todo el país, incluso en las personas que no fueron afectadas directamente. Esto ha impulsado a una agencia federal a ofrecer servicios de consejería en momentos de crisis a todas las personas en el país.
La Administración de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA), ha puesto a disposición su línea de ayuda —800-985-5990 (presiona el 2 para comunicarte en español)— para aliviar la angustia que generan los desastres y asistir a aquellos que experimentan sufrimiento emocional a raíz de alguna catástrofe, ya sea natural o provocada. SAMHSA, una división del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos ofreció servicios similares después de la super tormenta Sandy, el atentado en la maratón de Boston y el brote de ébola.


“Cuando ocurre un desastre, las personas reaccionan con mayor ansiedad, más preocupación y enojo”, dijo la doctora Elinore McCance-Katz, subsecretaria de salud mental y consumo de sustancias. “Con el apoyo de la familia y la comunidad, la mayoría nos recuperamos. Algunas personas pueden necesitar ayuda adicional para sobrellevar los eventos y las incertidumbres”.


Los consejeros de crisis prometen “escuchar con paciencia y sin juzgar lo que cada persona tiene que decir. No necesitan identificarse al llamar a la línea de ayuda”, dice el sitio web de la agencia.
La línea de ayuda está abierta para todos: sobrevivientes de un desastre, seres queridos de las víctimas, rescatistas, personal de socorro, padres y cuidadores.
Entre los consejos que da la Anxiety and Depression Association of America para sobrellevar estas situaciones están el crear un plan de evacuación, mantenerse informado, hablar sobre los miedos y ansiedades con cualquier persona que pueda brindar apoyo emocional, y tratar de aceptar los hechos que están fuera de nuestro control. “Nadie puede controlar la trayectoria de una tormenta ni el daño que causa”, declara la asociación en su sitio web. “La preocupación excesiva no cambia nada, solo altera nuestro bienestar emocional”.


Qué deberías ponerte después de los 50



Cuando se trata de la actitud, y no de la moda, hay comportamientos infalibles. Conócelos.
Hay muchísimos artículos, algunos muy buenos, sobre cómo estar a la moda a partir de los 50. En realidad, pienso que para ir bien vestida y con estilo a cualquier edad, hay que emplear el sentido común. Lo mejor es que te pongas lo que te hace sentir cómoda y segura de ti misma. Esto va cambiando, no solamente con los años, sino también con la evolución personal de cada una. Lo que me pongo y me gusta hoy, quizá me parezca ridículo dentro de dos años. Simplemente con mirarme en el espejo o preguntar a mis hijas adolescentes, me doy cuenta de que determinada prenda me queda bien o no me queda del todo.

Sin embargo, siempre tengo en cuenta una serie de aspectos que no tienen nada que ver con la moda. Creo que muchas mujeres dejarían de sentir que pasan desapercibidas a partir de una cierta edad si prestaran más atención a cuestiones que no son tan obvias, pero que tienen aún mayor importancia. Si no queremos que nos discriminen por la edad, lo que podemos hacer es cultivar una actitud positiva ante la vida, sin importar los desafíos que nos haya deparado hasta ahora la edad. Si mantenemos una disposición afable y abierta al cambio, a nuevas experiencias, mejoraremos nuestras relaciones personales y profesionales. Esto contribuye a sentirse mejor y a estar preparadas ante nuevas oportunidades. Aquí te presento los que debes—y no debes—llevar puesto.

Lo que No debemos llevar puesto a partir de los 50
El ceño fruncido. El ceño fruncido te creará arrugas en el entrecejo. Además, fruncir el ceño hace que te sientas triste y enojada, aunque no tengas motivos externos por los que sentirte así, según dice un artículo (en inglés) de la revista Scientific American.  El verte enojada puede afectar tus relaciones con otras personas. Para no fruncir el ceño y relajar la frente, puedes practicar algo tan sencillo como ejercicios de relajación, algún tipo de yoga, o recibir un masaje facial. Una actitud amargada. A estas alturas de la vida todos hemos pasado por dificultades, hemos sufrido pérdidas, algunos hemos pasado por divorcios, bancarrotas y problemas de salud. El caso no es hacer un balance negativo para ver quién ha sufrido más. Al contrario, debemos aprender de estas experiencias y utilizarlas para ser más compasivas. A manera de ejemplo, te cito el libro El hombre en busca de sentido, de Víctor E. Frankl, psiquiatra y escritor, que fue prisionero en los campos de concentración Nazis y perdió a muchos miembros de su familia en el Holocausto. En su libro narra cómo, a pesar de perderlo todo de una manera tan trágica, aún creía que valía la pena vivir la vida.

La falta de paciencia. A esta edad, me he dado cuenta de que no tiene sentido perder la paciencia por pequeñeces. Mi vida es muchísimo más agradable ahora que antes, y acepto el hecho de que no puedo cambiar a los demás. Cuando era más joven, me exasperaba por cosas que ahora veo que no tenían importancia. La vida es mucho más llevadera cuando no permites que casi nada te altere. Escuchar música suave, meditar y escribir mis sentimientos en un diario, me ayudan a mantener la calma. Además, como me hice madre siendo un poco mayor, también me permite ser mejor mamá para mis hijos adolescentes.

Lo que Sí debemos ponernos a partir de los 50
Una actitud soñadora y emprendedora. Lo que más envejece a cualquier persona es el dejar de lado los sueños y las ambiciones. Mi abuelo murió a los 90 años y hasta la última exhalación siguió escribiendo libros y poemas, siempre pensando en nuevos proyectos. No es preciso ser escritor, puedes plantearte volver a la universidad, montar tu propio negocio, aprender una nueva especialidad o hacerte voluntario. El caso es despertarte cada mañana con alegría de vivir y ganas de o contribuir con tu grano de arena o dejar tu huella en este mundo.

La disposición de perdonar. Si hay algo que me hubiera gustado aprender en la juventud es la disposición mental y espiritual de perdonar, tanto a los demás como a mí misma. El perdonar las malas pasadas de la vida, las de otras personas e incluso las nuestras produce una sensación de liberación. Tanto es así, que toda esa energía que malgastamos echando culpas y rumiando sobre cosas del pasado queda libre para disfrutar del momento, de los seres queridos, de la vida. Perdonar no significa que te parezca bien que te hayan hecho daño, sino que tienes la capacidad de seguir hacia delante a pesar de ello. ¡Borrón y cuenta nueva!

La alegría de vivir. Es una idea ilusoria pensar que hay gente que siempre está feliz. Pero también es cierto que, a pesar de las vicisitudes de la vida, estas se pueden afrontar con positivismo. Si no eres una persona alegre por naturaleza, te digo por experiencia que se puede aprender a serlo. Mi familia tiene un historial de depresión y a mí me tocó sufrirla varias veces. Pero nunca he dejado de practicar la gratitud, las afirmaciones positivas como: “Cada día me siento más y más alegre”; y de encontrar maneras de elevar mi ánimo. A casi cumplidos los 53 años, lo que más me ayuda a seguir adelante, a pesar de los desafíos que surgen, es eso, la alegría de vivir.


¡Ánimo, que la vida son dos días!

José Andrés lleva comida a las zonas devastadas por el huracán.



El chef José Andrés está sirviendo más de 100,000 comidas cada día a los puertorriqueños que se están recuperando de la devastadora destrucción del huracán María, y espera tener una docena de cocinas funcionando en la isla castigada por el clima para la próxima semana.El célebre chef con sede en Washington D.C. dirige los esfuerzos de ayuda a través de su organización sin fines de lucro, World Central Kitchen.

 El chef de 48 años, oriundo de España, cuyo imperio culinario incluye restaurantes populares en D.C., Las Vegas, Los Ángeles, Miami y Filadelfia, llegó a Puerto Rico unos días después de la tormenta y ha reunido el apoyo de otros chefs y organizaciones a través de sus redes sociales usando la etiqueta #ChefsForPuertoRico.

Actualmente, la organización ha instalado cocinas en Naguabo, Vieques, Aguadilla, Ponce, Fajardo y San Juan, donde se sirven comidas balanceadas como paella. World Central Kitchen instaló su sede principal en el Coliseo de Puerto Rico en San Juan, convirtiendo el recinto de 18,000 asientos en lo que Andrés llamó en un tuit "el restaurante más grande del mundo".
La organización está haciendo llegar alimentos a puertorriqueños incluso en regiones lejanas donde no se han establecido cocinas cercanas, utilizando camiones de comida, entregas de puerta a puerta e instalaciones improvisadas.
Aunque FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias) le otorgó inicialmente a Andrés y a su organización sin fines de lucro un contrato por $1.5 millones, el chef le dijo a la revista Time que los costos superaron esa cantidad y que ha presionado a la agencia para obtener más ayuda. Él estima que la ayuda adicional de FEMA podría aumentar el número de comidas servidas cada día a medio millón. Al menos 45 personas fallecieron como consecuencia del huracán María y gran parte de la isla aún no tiene electricidad ni agua potable.

CORTESÍA DEL CHEF JOSÉ ANDRÉS VÍA TWITTER


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