Si
necesitas hablar, no dudes en llamar y pedir ayuda antes, durante o después de
un huracán.
Los huracanes, las inundaciones y
las evacuaciones masivas han generado gran ansiedad en todo el país, incluso en
las personas que no fueron afectadas directamente. Esto ha impulsado a una
agencia federal a ofrecer servicios de consejería en momentos de crisis a todas
las personas en el país.
La Administración
de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA), ha
puesto a disposición su línea de ayuda —800-985-5990 (presiona el 2 para
comunicarte en español)— para aliviar la angustia que generan los desastres y
asistir a aquellos que experimentan sufrimiento emocional a raíz de alguna
catástrofe, ya sea natural o provocada. SAMHSA, una división del Departamento
de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos ofreció servicios similares
después de la super tormenta Sandy, el atentado en la maratón de Boston y el
brote de ébola.
“Cuando ocurre un desastre, las personas reaccionan con mayor ansiedad, más
preocupación y enojo”, dijo la doctora Elinore McCance-Katz, subsecretaria de
salud mental y consumo de sustancias. “Con el apoyo de la familia y la
comunidad, la mayoría nos recuperamos. Algunas personas pueden necesitar ayuda
adicional para sobrellevar los eventos y las incertidumbres”.
Los
consejeros de crisis prometen “escuchar con paciencia y sin juzgar lo que cada
persona tiene que decir. No necesitan identificarse al llamar a la línea de
ayuda”, dice el sitio web de la agencia.
La línea de
ayuda está abierta para todos: sobrevivientes de un desastre, seres queridos de
las víctimas, rescatistas, personal de socorro, padres y cuidadores.
Entre los
consejos que da la Anxiety and Depression Association of America para
sobrellevar estas situaciones están el crear un plan de evacuación, mantenerse
informado, hablar sobre los miedos y ansiedades con cualquier persona que pueda
brindar apoyo emocional, y tratar de aceptar los hechos que están fuera de
nuestro control. “Nadie puede controlar la trayectoria de una tormenta ni el
daño que causa”, declara la asociación en su sitio web. “La preocupación
excesiva no cambia nada, solo altera nuestro bienestar emocional”.
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