El trabajo, los problemas, las múltiples
obligaciones, las presiones, el hogar, los conflictos... nos hacen olvidar de
lo importante que es la diversión para nuestro bienestar emocional. Las
actividades de sano esparcimiento transfieren increíbles beneficios a la salud
física y mental, ya que mejoran el estado de ánimo, fortifican la
motivación e incrementan la tolerancia al estrés. La diversión es ese
respiro que se le da al cuerpo para recargar baterías y le suministra la
fortaleza para enfrentarse a los diferentes retos de la vida.
Diversión
vs Rutina
Para
divertirse, no se requiere estar en vacaciones permanentes ni gastar dinero.
Hay que disfrutar de las cosas pequeñas y luchar continuamente contra la
peligrosa amenaza de la rutina. Por eso es importante aprender a
divertirse durante todo el tiempo e impregnarle a cada día un tono alegre y
positivo, propiciando espacios de distracción continuamente.
Así
como afirma en un artículo el Dr. Fernando Azor, director del Centro de
Psiquiatría y Psicología Clínica y Jurídica de Madrid: “El ocio es una forma de
desconexión que, si bien puede ir asociado a descanso físico, su utilidad
psicológica está especialmente centrada en favorecer en las personas una
ruptura con otras actividades realizadas cotidianamente. En sí,
“cambiar” ya es terapéutico. De hecho, cuando uno siente que está
cansado o aburrido de su cotidianeidad es más importante que haga cosas
diferentes, aunque impliquen esfuerzos físicos, que pasar muchas horas tumbado
en la cama o en el sofá. La mente descansará más y el beneficio personal
también será mayor”.
¿Qué
hacer para divertirse?
Eso
depende de los gustos individuales, algunos disfrutarán de ver una película,
otros de escuchar música, algunos de estar al aire libre y en el campo, otros
de preparar chocolates con los niños, otros gozarán con una tarde de plan
familiar.
También
descansarán aquellos a quienes -no siendo su profesión- les gustan las
manualidades, el arte, la cocina, la jardinería, los animales, la danza. En
fin, cualquier actividad sana es válida para recrearse.
Otros, por el contrario, ya olvidaron qué era el ocio y hasta borraron
de su mente las actividades de que disfrutaban. Para este tipo de
personas, sólo hay espacio para el trabajo y los demás quehaceres.
Los conflictos constantes hacen que la sonrisa se pierda y los tiempos
felices sean escasos, con los siguientes pretextos: “No hay tiempo para el
esparcimiento”, “hay cosas más importantes que eso”, “la diversión es para los
irresponsables”.
La
vida de estas personas puede estar en peligro y si, este es su caso, póngase
en alerta y no permita que caiga en un estado mental de depresión, extremo
estrés o enfermedades físicas acarreadas por su vida actual. Lo más seguro
es que al principio le cueste habituarse a la recreación y algunas veces
sentirá complejo de culpa pensando que es una pérdida de tiempo. Sin embargo,
cuando empiece a sentir ese alivio notará una sensación de bienestar y libertad
indescriptibles.
Beneficios
para la salud
Así
como nuestro cuerpo necesita dormir y descansar para reponerse y poder
funcionar adecuadamente, necesitamos divertirnos para recuperarnos del desgaste
emocional y psicológico. La risa y la felicidad producidas por la
diversión aportan los siguientes beneficios:
–
Mejora la respiración y circulación, favoreciendo el corazón.
Ayuda
a la digestión.
–
Se potencia la creatividad y la imaginación.
–
Fortalece el sistema inmunológico.
–
Se libera endorfinas que actúan como eliminadores naturales del dolor y
producen una sensación de bienestar general.
–
Reduce la tensión y la ansiedad.
–
Mejora nuestras relaciones.
–
Nos permite desarrollar una actitud positiva ante la vida.
–
Favorece la autoestima.
Preguntas
para reflexionar
Las
siguientes preguntas le darán una idea para equilibrar la balanza:
–
¿Cuánto tiempo a la semana le dedica a la diversión, descanso y ocio?
–
¿Todo en su vida es trabajo, preocupaciones, estrés, conflictos?
–
¿Qué hace para escabullirse de los problemas?
–
¿Cómo se divierten en familia?
–
¿Con qué frecuencia comparte con sus amigos?
–
Cuando se quiere relajar en un momento de tensión, ¿en qué piensa?
–
¿Qué actividades podría hacer para desterrar la rutina?
¿Cuánto tiempo a la semana se dedica un espacio para usted y sólo para
usted?
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