Si
quieres ser un buen candidato, aquí tienes ideas sobre cómo ponerle patas a
cada aspecto. ¿Qué consignas tiene un headhunter para
considerar idóneo al candidato? La empresa Adqualis, de más de 30 años de
experiencia, ha publicado los 5 rasgos con los que uno puede vislumbrar por
dónde enfocará mejor su presentación en una entrevista de trabajo.
1.
Mentalidad abierta y capacidad de innovaciónEstá dicho pronto, pero
este aspecto no tiene por qué estar unido a una persona joven necesariamente.
La capacidad de innovación es la de alguien que puede pensar “out of the
box“, fuera de la caja, más allá de lo establecido y de lo que se
conoce. Por
un lado, hay que tener experiencia para dominar los logros
alcanzados hasta el momento, pero por otro hay que tener la valentía de renunciar
a la comodidad de la repetición y enfrentarse a nuevas opciones. Eso
requiere estar dispuesto a experimentar, dedicar tiempo “fuera de horario”,
ganas de aprender y mejorar, cuestionarse aquello de que
“siempre se ha hecho de esta forma” o “a mí siempre me ha salido bien así”. El
entorno ha cambiado, los parámetros han cambiado. Sería raro pensar que todo
funciona bien haciendo las cosas como siempre en una empresa. Si por un lado es
común aplicar aquello de “lo que funciona, no lo toques”, por otro, en las profesiones creativas es lógico
plantearse modificaciones. Así se han conseguido muchos inventos a lo
largo de la Historia.
Para ello, a
los cazatalentos les puede interesar quienes han intentado hacer algo nuevo y
se han preguntado “¿por qué no?”. También es importante hablar de tus
errores: de cómo intentaste algo y fracasaste. Eso significa que tienes el
valor de enfrentarte a lo desconocido... y volver
a levantarte.
2.
Inteligencia emocional y actitud colaborativa. Adquiere
gran valor la empatía porque es la capacidad de “situarse en
el otro”, de comprender lo que ocurre al compañero, de detectar momentos altos
y bajos.
La empatía facilita
la solidaridad entre las personas y la misericordia,
ya que un compañero que detecta una situación dolorosa en el colega es capaz
de acercarse, hacerse cargo y ayudar a despejar ese momento.
A
veces no es posible quitar el dolor o el sufrimiento, pero saberse acompañado
alivia y si en una empresa solo se cuenta con personas que son “lobos
solitarios” es difícil que cada uno de ellos se sienta apoyado en el
momento de debilidad mayor.
Una
persona con inteligencia emocional es válida para liderar equipos porque sabe
sacar de cada uno la mejor versión de sí mismo.
La actitud colaborativa es imprescindible para
trabajar en equipo y en la actualidad la mayor parte de las ofertas de
trabajo que aparecen tienen necesidad de hacerlo de esta manera.
3.
Asertividad: Capacidad de síntesis y buena comunicación. No
solo hablamos de “saberse vender” en una entrevista. El cazatalentos
premia a quien hace las cosas lo mejor posible y al mismo tiempo lo
sabe explicar: al cliente, a sus colegas, a sus superiores.
Es
fácil ver hoy trabajos en los que es imprescindible la tarea en equipo. Eso
implica saber enviar y recibir mensajes con claridad, puntualidad y precisión;
y ser comprensivos cuando la comunicación se hace dificultosa (por problemas técnicos,
pero también por la imprecisión humana).
Se valoran la dialéctica y la oratoria, el estar dotado de cultura general, la capacidad de
improvisación y valores como la elegancia, el saber estar y el buen humor. No
importa si uno es sentimental, colérico o secundario: siempre puede trabajar
estos aspectos para mejorar.
4.
Liderazgo de equipos y toma de decisiones. No
basta con dar órdenes. Para que no les pase como a la reina
de Corazones de “Alicia en el País de las Maravillas”, que gritaba
desaforadamente pensando que así ejercía el poder. El
cazatalentos busca hoy quien es capaz de ejercer de maestro, enseñar, animar y
tirar del equipo. Eso es el auténtico líder, el personaje al que siguen muchos
por lo que dice y hace. Incluso se puede liderar en silencio, por qué, porque
hay silencios elocuentes.
El
líder es prudente: se asesora, se documenta, analiza y
hace prospectiva sobre el futuro y las consecuencias. El
líder es fuerte: decide y asume riesgos. Si salen las cosas bien,
es éxito del equipo; si salen las cosas mal, es culpa de él. Los aficionados al
fútbol sabrán que esta ha sido siempre la tónica del entrenador Pep Guardiola.
Después de un mal partido, un “la culpa es mía por no haber sabido transmitir a
los jugadores…”. Si
empiezas, en la entrevista de trabajo introduce experiencias en las que se te
pueda valorar esta habilidad: ¿has estado en un campamento de verano como responsable?, ¿has
llevado a cabo algún proyecto solidario?, ¿estás involucrado en alguna
acción de emprendeduría?
5.
Adaptación a la transformación digital. Este
punto es el que presenta mayor diferencia entre los candidatos que son nativos
digitales y el resto.
Sin
embargo, para quien pueda pensar que es una habilidad difícil de adquirir, hay
que decir que son numerosos los casos de éxito: bloggers de 80
años, tuiteros jubilados…
El
aprendizaje debe ser eficaz, para que uno no se desanime. Es mejor comenzar por
una sola red social e ir descubriendo el interés que puede
tener para uno: Facebook, Twitter, Instagram, Google+…
Puede
ser también el interés personal del principio el que me lleve a encontrar
la formación profesional: a partir de los amigos de Facebook, por
ejemplo, conectar en Linkedin es frecuente.
En
cualquier caso, cada profesión requiere un nivel distinto de conocimiento del
entorno digital, pero siempre será imprescindible el nivel usuario
(desde el manejo de las apps hasta el trabajo en red).
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