¿Te ha
ocurrido que estornudas, ríes, saltas o haces algún esfuerzo y se te sale una
gota de orina? No estás sola, esta es una condición que, de acuerdo con el Departamento de Salud y Servicios
Humanos, afecta a 13 millones de personas en Estados Unidos, la mayoría
mujeres, después de la menopausia.
Si tuviste hijos por parto vaginal es probable que seas más propensa a
desarrollar incontinencia urinaria; sin embargo, la
reducción de las hormonas femeninas también contribuye a sufrir estos
inconvenientes. El aparato
urinario es uno de los responsables de que podamos eliminar los desechos de
nuestro organismo. En condiciones normales, los adultos producimos un promedio
de litro y medio de orina, dependiendo de la cantidad de líquido que ingerimos,
cuanto sudamos y la velocidad a la que respiramos. El líquido pasa a la vejiga
para su almacenamiento. La vejiga es una especie de globo muscular que se
mantiene en la parte baja del abdomen, sostenida por ligamentos.
Este órgano
cuenta con otros músculos que rodean la apertura de la vejiga hacia la uretra,
que es el tubo encargado de expulsar la orina. Estos músculos forman el llamado
esfínter que se contrae para evitar el goteo de orina. Cuando la vejiga se
llena, sus terminales nerviosos envían la señal al cerebro para avisarnos de
que es necesario orinar, el cerebro informa a los músculos que es hora de
relajarse para vaciar la vejiga. Posteriormente, se vuelven a contraer para
repetir el proceso.
Cuando falla alguno de los
elementos implicados en el acto de orinar, puede ocurrir incontinencia. De los
varios tipos, los más comunes son la incontinencia por esfuerzo y la llamada vejiga hiperactiva. La primera
sobreviene cuando hay un escape de orina debido a una presión dentro del
abdomen, como ocurre al toser, estornudar, reír o hacer una fuerza. La segunda
se debe a un trastorno del sistema nervioso, como en personas con lesiones de
médula espinal, esclerosis múltiple, accidente vascular cerebral, enfermedad de
Parkinson o la ingesta de medicamentos que pueden provocarla como efecto
secundario, como es el caso de los diuréticos. La buena
noticia es hay mucho que podemos hacer para enfrentar la incontinencia
urinaria. Familiarízate con estas opciones y
convérsalas con tu médico:
·
Ejercicios de Kegel: seguramente has
oído hablar de ellos. Su objetivo es fortalecer los músculos del piso pélvico.
Para ubicarlos, basta que suspendas el chorro de orina y te percatarás del
movimiento que hiciste. Esos son los que debes ejercitar y la recomendación es
contraerlos durante tres segundos 10 veces, y repetir esta serie tres veces al
día. ·
Estimulación eléctrica: este tipo de
estímulo, aplicado generalmente en dos sesiones diarias de 15 minutos, ayuda a
fortalecer los músculos del piso pélvico al igual que los ejercicios de Kegel. Tu médico podría informarte más sobre este
tratamiento.
· Conos vaginales: son pequeños artefactos
en forma de cono que colocas en la vagina durante 15 minutos dos veces al día,
incrementando paulatinamente su peso para fortalecer los músculos del piso
pélvico.
· Visitas al baño por horario: una de las
recomendaciones para evitar la pérdida involuntaria de orina es vaciar la
vejiga regularmente. Inicialmente puede ser cada hora, luego se extienden
paulatinamente los períodos. · Evitar el consumo de sustancias con
efecto diurético como aquellas que contienen cafeína y alcohol. ·
Bajar de peso también ayuda a un mejor
control de la orina ya que contribuye a reducir la presión dentro del abdomen. ·
Evitar la carga de objetos pesados. ·
En algunos casos resulta de utilidad la
aplicación de cremas vaginales con estrógenos, pero es importante que antes
consultes a tu médico. · Biorretroalimentación: es un
procedimiento que mide las funciones corporales a través de sensores y permite
reconocer las señales que emite tu cuerpo. El objetivo es que puedas recuperar
el control sobre los músculos implicados en el acto de orinar.
En el caso de la
vejiga hiperactiva, los tratamientos disponibles son:
· Parches de oxibutinina: un
anticolinérgico que ayuda a que los músculos de la vejiga se relajen, evitando
su contracción en momentos inoportunos. · Mirabegron: un fármaco que aumenta la
capacidad de almacenamiento de orina en la vejiga, al tener un efecto relajante
sobre los músculos.
· Las inyecciones de toxina botulínica: al
igual que ocurre en los músculos de la cara, evitan la contracción de la
musculatura vesical. Independientemente del
tipo de incontinencia, algunos productos que te pueden resultar de utilidad son
los siguientes:· Uso de toallas femeninas absorbentes.
Están diseñadas con polímeros especiales para mujeres con incontinencia
urinaria, son delgadas y tienen una gran capacidad de absorción. A diferencia
de las toallas sanitarias para la menstruación, estas tienen la capacidad de
absorber grandes cantidades de orina en lapsos muy breves. · Ropa interior desechable con toalla
integrada y sistema para bloquear el mal olor.
· Los protectores desechables para cama
también resultan de gran ayuda cuando la incontinencia se presenta durante el
sueño. A fin de evitar que tu colchón se manche, te recomiendo usar un
protector de colchón a prueba de agua. Aunque en algunos casos la cirugía es
inevitable, es mucho lo que tú puedes hacer para mejorar tu calidad de vida.
por: Diane Pérez, M.D.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario