Dolor crónico, fatiga, problemas del sueño, rigidez
muscular, ansiedad, depresión. ¿Algo más? Sí, aprender a
convivir con ella. La fibromialgia (FM) es una enfermedad que cuesta
diagnosticar porque se presenta con síntomas simultáneos y
aparentemente inconexos, pero por su falta de remisión llega el día en
que las piezas del puzzle encajan y la suma del todo cobra sentido. En
estadios iniciales se puede llegar a confundir con otras
enfermedades como hipotiroidismo, depresión, síndrome de fatiga
crónica u otros tipos de afecciones que implican
un cierto grado de dolor. Para
entonces ya se ha pasado por un periplo de médicos y especialistas, de pruebas
sin resultados concluyentes, y durante el proceso muchos días han sido
“horribles”, e incluso ha significado no poderse levantar de la cama. La FM es un
síndrome provocado por diversos síntomas, aunque el más significativo y
reconocible es el dolor generalizado, de
ahí el “me duele todo” y no da lugar a la tregua porque es continuo.
A este dolor
se añaden otros síntomas como la fatiga, los
problemas y déficit del sueño y la rigidez muscular al
levantarse. Por si no fuera suficiente, también aparecen, de manera habitual,
síntomas que se consideran secundarios como dolores de cabeza, reglas
dolorosas, entumecimiento, espasmos y problemas psicológicos como ansiedad y
depresión.
Efectivamente,
el diagnóstico siempre llega tarde porque se confirma cuando todos estos
síntomas ya se han “estabilizado”, por el hecho de no remitir y, porque en
ocasiones, se han agravado o suman nuevas dolencias.
Uno de los
motivos de la tardanza es que sus causas se desconocen, pero la realidad es que
hay una cierta resistencia, aunque existan indicios de sospecha, a hacer un
diagnóstico precoz ya que, se considera una enfermedad
típica de mujeres entre 20-50 años y el caso es que, efectivamente, lo es.
En este
sentido, el Dr. Javier Rivera,
experto en Fibromialgia del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de
Madrid, afirma que “el avance más
importante que se ha producido en los últimos 20 años es que se trata de una
enfermedad que se ve y reconoce, mientras que hace 20 años, a las pacientes se
las tildaba de locas, histéricas, desequilibradas”.
Los datos lo
confirman, la FM es una enfermedad
femenina: afecta a 20 mujeres por cada hombre, aunque no se sabe
exactamente por qué. Quizá la explicación más lógica sería relacionarla
con un tema hormonal, pero de momento no hay resultados científicos
concluyentes.
4
claves para convivir con ella
La
primera lección para aprender a vivir con fibromialgia, según los
especialistas, es aceptar que se trata de una enfermedad crónica
que, inevitablemente, condicionará algunos aspectos de nuestra vida. A pesar de las limitaciones que pueda
provocar, hay estrategias que ayudan a sobrellevar la enfermedad para conseguir
la mejor calidad de vida y aprender a convivir con ella:
- Acceder a los cuidados médicos necesarios es fundamental pero tanto como la implicación de la paciente en el correcto seguimiento del tratamiento para asegurar el control de los síntomas. Complementariamente, es necesario adquirir unos hábitos de vida saludables, que incluyen una alimentación sana y equilibrada, evitar tabaco y alcohol y, aunque pueda parecer contraindicado, realizar actividad física suave de manera regular porque obra grandes beneficios sobre el estado general de la mujer.
- Contar con el apoyo de familiares y
amigos y su comprensión es una pieza clave del proceso, aunque
para ellos sea muy difícil mesurar el alcance de la enfermedad.
Una de las
recomendaciones que hacen los especialistas es que los familiares cercanos
acudan con la paciente a las revisiones médicas para tener un conocimiento
directo de la enfermedad y sus consecuencias.
- Involucrarse en una asociación de pacientes es uno de los aspectos que resulta más motivador desde el punto de vista psicológico porque está demostrado que compartir la experiencia con personas que han pasado por lo mismo proporciona alivio. La soledad y el aislamiento no son buenas compañeras de viaje y sentir que una no está sola en esto reconforta.
- Las asociaciones disponen, además, de servicios de asesoramiento sobre cuestiones legales y asistenciales y organizan actividades para fomentar la participación: organización de jornadas y conferencias, grupos terapéuticos, talleres formativos, etc.
- Recibir atención psicológica es imprescindible porque el impacto psicológico de la enfermedad es alto. La ansiedad y la depresión son las patologías más frecuentes. El abandono de las actividades y la tendencia a los pensamientos negativos ocasionan un mayor malestar que afecta tanto al dolor como al resto de síntomas de la enfermedad.
6. Todas las mujeres con fibromialgia dicen
que “hay un antes y un después de la fibromialgia” porque eran activas y hacían de todo.
7. Inesperadamente, se ven inmersas en una
nueva manera de vivir y tienen la sensación de sentirse despojadas de lo mejor
de ellas mismas. No pueden hacer ni la mitad y todo les cuesta más del doble,
en ocasiones no se consigue.
8.
Se comprende pues que aprender a
vivir con el dolor requiere de una enorme fuerza de voluntad y fortaleza
considerando que, justamente, lo que nos falla son las fuerzas. Hay que
intentarlo cada día y no tirar la toalla.
9. La vida, a pesar de la fibromialgia, sigue
y nos depara cosas buenas si nos proponemos conservar la capacidad
de verlas y luchamos para salir del atasco.
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