El arroz tiene
arsénico, es verdad, y hay otros alimentos que también, pero el arroz
es el que más, por eso hoy vamos a hablar de él. El arsénico también suena a
veneno, porque de hecho lo es, ya que este metaloide, cuando se ingiere en su
forma inorgánica, aunque sea en pequeñas cantidades, puede causar problemas de
salud a largo plazo… pero vamos a intentar entender por qué, pese a que el
arroz tiene arsénico, no supone, o no debería suponer un peligro para nuestra
salud.
¿Por qué el arroz tiene arsénico? Pues
básicamente porque la naturaleza es así de caprichosa. El arsénico (As)
inorgánico está presente de manera natural en muchas rocas, de
estas pasa a las aguas subterráneas y de ahí se transfiere a
los cultivos. Por supuesto, dependiendo de la zona en la que haya sido cultivado
el arroz, la cantidad de arsénico presente en el mismo será mayor o menor.
Según la OMS, los
países con mayores niveles de arsénico en el agua son Argentina,
Bangladesh, Chile, China, la India, México y los Estados Unidos de América.
¿Cuánto
arsénico ingerimos en la dieta sin darnos cuenta?
Pero empecemos por el
principio, en el año 2009, la EFSA (siglas
en inglés de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) aunque no llega a
establecer una cantidad máxima de ingesta por no tener datos suficientes,
propone que la cantidad máxima diaria de arsénico en la dieta debería estar en
el rango de 0,3-8 μg
de arsénico inorgánico por kg de peso corporal, un valor mucho más conservador
que los 15 mg semanales por kg de peso corporal que años antes había
establecido la OMS.
¿Deberíamos
dejar de comer arroz? No, en absoluto, de hecho, como
comentaba más arriba, según la EFSA a nuestra dieta llega más arsénico
procedente de otros alimentos como el pan o los lácteos. Y aun así, si queremos
evitar algún posible riesgo, se pueden tomar algunas precauciones a la hora de
elegir el arroz que comemos y a la hora de cocinarlo para que el arsénico
se reduzca al máximo. Para empezar, en
la Península Ibérica estamos de suerte, pues los arroces que
se cultivan presentan valores muy por debajo de los límites que marca el
reglamento, ya que varían entre los 54 μg/kg para los
cultivados en Andalucía y los 87 μg/kg de los arroces cultivados en
Extremadura y Portugal ( Signes-Pastor,
A. J. et al., 2016).
Por lo que, una
primera medida para asegurarnos de que estamos comprando un arroz con bajo
contenido en arsénico, es elegir arroces que hayan sido cultivados en
la península. Así, si elegimos un arroz con denominación de origen tendremos la
certeza de que ha sido cultivado en nuestro país.
¿Cómo
cocinar el arroz de manera más saludable?
Aunque esta forma no
nos servirá para preparar un risotto o una paella, no nos costará
mucho ponerla en práctica siempre que queramos cocinar recetas asiáticas en las
que el arroz previamente se cuece y posteriormente se saltea para hacer los
típicos arroces fritos.
Los pasos que debemos
seguir para cocinar el arroz de esta manera son:
1: Poner el arroz en remojo
Dejar el arroz
en remojo durante unas cuantas horas, por ejemplo, desde la noche anterior.
De esta manera parte del arsénico se va al agua (Signes et
al.,
2008).
2:
Lavarlo bien hasta que el agua salga clara
Lavar bien el arroz
frotando los granos y enjuagarlo hasta que el agua salga clara tal como
hacemos cuando vamos a preparar sushi. De esta manera se elimina aún más
arsénico (Naito et
al., 2015)
3:
Cocer el arroz en agua abundante
Es decir, cocerlo como si fuera
pasta, y luego tirar el agua, pues la cocción en agua abundante permite seguir eliminando
arsénico. Y, para
terminar, os repito una vez más, que, aunque veáis en las noticias que el arroz
tiene arsénico y, efectivamente lo tenga, no
hay que alarmarse más de lo necesario pues aunque no lo digan en
las noticias es muy probable que, si comes arroz una vez a la semana y pan
todos los días, la fuente principal del arsénico en tu dieta sean las tostadas
del desayuno.
Fuente:cocinillas
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